La pastelería.

Suspiro aliviada. Afuera se oye pasar un avión de guerra bastante bajo, y me quedo quieta, casi sin respiración. Cuando casi no oigo el motor me asomo a la ventana.

-Ya están aquí- digo - han visto el Spectre y saben que estoy por aquí...-me doy cuenta de que la chica me mira y digo- No quiero que se preocupe, señorita, pero...¿Podríamos apagar un par de luces? Creo que me estoy delatando a mi misma...

Termino el cigarro y me enciendo otro. Voy hasta mi mesa y me como de golpe las galletas y bebo el té.

Me acerco de nuevo a la ventana, y miro al cielo. Doy una calada. SIn dejar de mirar al cielo oscuro, digo:

-Me...están buscando.

- Bueno, ya pasó el peligro...o al menos eso parece-digo, volviendo a mi mesa. Doy un par de caladas profundas y continúo- verás, es una larga historia...por cierto, usted no me dijo, ¿Cuál es su nombre, si se me permite?

-Bueno...-comienzo, aunque desconfío un poco en un principio. Decido seguir- Yo...vengo de un país lejano. Está aproximádamente a ocho días a caballo de aquí. Yo vine en avión, por lo que sólo tardé cinco...bueno, en mi país...todos éramos felices hasta que llegó un político nuevo, un humano...todos, o al menos casi todos confiaban en él pero...dio hace aproximadamente dos años un sangriento golpe de estado-callo un momento para dar un par de caladas- asesinó a una de mis hermanas pequeñas, a mi padre, y a mis tres hermanos mayores. - callo y miro hacia otro lado- la niña...tenía cinco años. La asesinaron a sangre fría. Puede usted imaginarse lo furiosa que me puse-digo, mirando de pronto a Luna- juré y perjuré que no descansaría hasta ver muerto a ese cabrón. Así fue, que descubrí que mi hermano mediano estaba alistado en un grupo rebelde que luchaba a favor de la libertad del pueblo. Un día le seguí hasta la guarida principal y dije que me quería alistar. Combatimos durante un odioso año y medio, con algunas batallas ganadas pero también otras perdidas -hago otra pausa para dar una intensa calada- hace un mes, asesinamos al jefe militar. Lo celebramos tanto que no nos dimos cuenta de que entre nosotros había un topo...un tal Nëzhîel, o algo así. El muy hijo de la gran puta se escapó la misma noche de la celebración para llegar al cuartel militar de los otros y contarles todos nuestros futuros planes.
Claro que algunos nos dimos cuenta de que el muy cabrón no estaba y comenzamos a sospechar, por lo que decidimos evacuar el campamento. Todos nos fuimos hacia distintos puntos a fin de que no nos encontraran...aunque estaríamos en contacto gracias a esto -digo, mostrando un anillo negro en mi mano con una pequeña inscripción en élfico- es un anillo mágico. Todos los que hemos sobrevivido lo llevamos...-di otra calada- hace poco pensé que me habían pillado, les llevaba en los talones cuando vi esta especie de selva. Mi avión se quedó sin reservas y tuve que aterrizar. Oculté bien el avión, y caminé durante un par de horas y...llegué aquí. Esa es la historia.

Encantada, mi nombre es Dagä-digo, recostándome en la silla y encendiendo otro cigarro.- Eh...¿De verdad no os molesta que fume? ¿Queréis uno? Me siento como si estuviera siendo una maleducada.

Me encojo de hombros.

-Como quieras-digo, y cuando ya ha salido grito- encantada de conocerte.

Miro mi mesa, me como los pocos restos que quedan y digo:

-Em...Luna...si no te molesta-me sonrojo un poco-¿Me...podrías decir...dónde hay un sitio para que pueda dormir? ^^"

La miro con una amplia sonrisa (la primera que pongo en meses)

-¿¿De verdad??-me levanto, recogiendo mi mesa y colocándolo todo a la velocidad del rayo- ¡¡muchas gracias!! -cojo mis cosas y mientras busco mi cartera digo- ¿¿Cómo te lo puedo pagar?? Y ya de paso, ¿¿Qué te debo de mi atracón??^^

La miro de nuevo, agradecida.

-De verdad...gracias- casi lloro- ay, lo siento...es que...después de todo lo que ha pasado, hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien con alguien. -Pongo una media sonrisa y continúo- bueno, ya buscaré la forma de recompensarte...¿Me indicarías dónde está tu casa? Estoy tan agotada...

Salgo tras Luna.